Zara en el centro de la Revolución


En plena avenida de Alexander Nesvky, en San Petersburgo, destaca esta colosal tienda española. No muy lejos de allí los Bolcheviques asaltaron el Palacio de Invierno y estalló la Revolución Rusa, que tanta influencia tuvo en el s. XX. 

Contemplando la tienda se me ocurrió pensar si valió la pena tanto sufrimiento para que los proletarios compremos las prendas de Zara. 

Un tornado de guitarras

En el vestíbulo del Museum of Pop Culture, de Seattle, en el estado de Washington, se puede ver este tornado de guitarras. Es como un resumen de la música pop, porque uno se imagina todas esas guitarras sonando al mismo tiempo, y sin embargo allí permanecen calladas casi siempre. Parece un homenaje a la música en silencio. Pero de repente se oyen sonar algunas cuerdas, en una rara melodía. 

No sé de dónde han llegado a parar allí tantas guitarras, ni tan siquiera si funcionaron en su día o se fabricaron para crear la obra de arte. Pero, desde luego, la obra es impactante. 

Babilonia

Si hubiera que elegir algún lugar como centro del mundo, yo me que quedaría con Times Square, en Nueva York. Allí se ven todas las razas, todas las nacionalidades, allí no para de pasar gente, no paran de pasar coches, hay mil pantallas con publicidad, muchísimo ruido, noticias que dan la vuelta a edificios, conciertos, tiendas, restaurantes, rascacielos. Una cruz en medio de la plaza... La Babilonia moderna, donde uno es un ser insignificante rodeado de una multitud.

En el centro del laberinto

El palacio de Cnossos, en Creta
Según la mitología griega un hijo del rey Minos era mitad toro mitad hombre, y por eso se le llamó el Minotauro. Como era un ser monstruoso, el rey encargó a Dédalo que construyese un laberinto del que no se podría salir de ninguna manera. Tan bien hecho estaba que el propio Dédalo solo pudo salir de él volando, con su hijo Ícaro. 


La cuestión es que nadie creía que todo ese cuento tuviese algo de verdad, hasta que los arqueólogos encontraron el palacio de Cnossos, en Creta. Estuvimos toda la mañana por allí, con un calor sofocante. El palacio tiene forma de laberinto, y en una pared aparece pintado un toro. 

Una pintura con un gran toro, en Cnossos

Lenin y las tiendas de superlujo

Aunque estaba prohibidísimo sacar una foto allí dentro, un primo mío no se pudo resistir a la tentanción y con el móvil hizo esta fotografía del cadáver de Lenin (o lo que sea, porque cada uno tenía allí una teoría distinta). Unos soldados se echaron sobre mi primo y le hicieron borrar todas las imágenes del móvil, sin darse cuenta de que existe la "papelera del reciclaje". 

El mausoleo de Lenin está en la Plaza Roja de Moscú, al lado del Kremlin. Una plaza gigantesca que tiene por un lado la muralla del Kremlin y por el otro unos almacenes populares que ahora son un centro comercial de tiendas de lujo supercapitalista. Los otros edificios que cierran la plaza también son muy espectaculares, uno es la iglesia de San Basilio, con esas torres que parecen cebollas de colores, y que es el símbolo de Moscú y casi de toda Rusia. 

Cuando pasé al lado del cadáver de Lenin me preguntaba qué pensaría ahora, que es una atracción turística al lado de unas tiendas de superlujo. 

Sicilia, una isla llena de monumentos y de pizza

En el teatro de Siracusa
Recuerdo aquellos días de verano en Sicilia sin parar de ver monumentos. Griegos, romanos, normandos, españoles, italianos. Y mi padre que no quería perderse ni uno. 

Íbamos con un coche alquilado y no tuvimos un accidente de milagro, porque los sicilianos son un peligro conduciendo. 

También recuerdo Palermo, la ciudad más sucia en la que he estado, aunque tenía mucho ambiente. Dimos la vuelta a toda la isla, y vimos a lo lejos el volcán Etna. 

Detrás de mí, un mosaico con una chica en bikini
Una cosa que me sorprendió mucho fueron los mosaicos romanos. Aparecían chicas en bikini haciendo deportes (jugando con una pelota o con unas mancuernas). Pero lo mejor, la pizza, riquísima. Y las piscinas de los hoteles. ¡Qué tiempos!

Dubrovnik, como estar en el Renacimiento

Mirando a la "playa" más rara del mundo.
Me encantó el agua de Croacia, aunque las playas fueran de guijarros. Un agua transparente. Dubrovnik es como una ciudad de película, como un decorado, con calles estrechas de piedra. Todo es perfecto y limpio. Aunque era pequeña, me acuerdo de haber dado la vuelta a la ciudad por una muralla. El puerto era muy pequeño, y fuera había un barco de vela que no podría entrar. También me sorprendió dónde se ponía la gente a tomar el sol, en las rocas. Y algunos se tiraban desde allí al agua. 
Paseando con mi madre por las calles de la ciudad




El Taj Mahal, no hay nada más hermoso

El Taj Mahal reflejado en los cristales de mis gafas
Si uno se fija bien, verá que en mis gafas se refleja el Taj Mahal. Creo que sólo la naturaleza puede superar la belleza de este edificio. 
Me llamó la atención su simetría perfecta, mires desde donde lo mires. Y el entorno también era magnífico, con sus fuentes y jardines. También era sorprendente saber que, en realidad, se trataba de una tumba de una de tantas mujeres del emperador.

Lo sorprendente es que, por lo visto, tenía el plan de construir otra tumba negra para él, del mismo tamaño y la misma forma. Pero no hubo dinero para tanto. 


En el Fuerte Rojo de Agra, con una chica musulmana
En la India viven todavía muchos musulmanes. Llama mucho la atención lo que les gusta hacerse fotos con nosotros. Nos ven tan exóticos como nosotros a ellos. Me pregunto qué pensará esta chica de mí, si verá muy raro que yo no lleve velo y no vaya tan tapada.