En el teatro de Siracusa |
Recuerdo aquellos días de verano en Sicilia sin parar de ver monumentos. Griegos, romanos, normandos, españoles, italianos. Y mi padre que no quería perderse ni uno.
Íbamos con un coche alquilado y no tuvimos un accidente de milagro, porque los sicilianos son un peligro conduciendo.
También recuerdo Palermo, la ciudad más sucia en la que he estado, aunque tenía mucho ambiente. Dimos la vuelta a toda la isla, y vimos a lo lejos el volcán Etna.
Íbamos con un coche alquilado y no tuvimos un accidente de milagro, porque los sicilianos son un peligro conduciendo.
También recuerdo Palermo, la ciudad más sucia en la que he estado, aunque tenía mucho ambiente. Dimos la vuelta a toda la isla, y vimos a lo lejos el volcán Etna.
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