Seriedad a la entrada del Kremlin


Debe ser terrible tener que aguantar sin mover el cuerpo y con cara seria que se te pongan cientos de turistas al lado a sacar fotos. Los turistas hacemos bromas, decimos tonterías (que ellos no entienden) y molestamos como moscas. Pero ellos no mueven un músculo de la cara porque, en realidad, no hacen nada. Sólo están ahí quietos y firmes durante horas hasta que llegan otros a sustituirlos. Daba ganas de hacerle cosquillas o decirle una broma en ruso, para ver si se reía un poco. ¡Qué paciencia!

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