La mitología


Aquí estoy sentada junto a una esfinge (por suerte, según lo que cuentan de la esfinge de Delfos, se piedra). Es el palacio de Belvedere, en Viena. Allí, por cierto, todos los palacios eran enormes y perfectos. Si uno se fija, tiene patas de león, tiene alas y cuerpo de mujer. Es una imaginación absurda, sin duda, que no existe ni ha existido nunca. Pero que a alguien se le ocurrió y a muchos más les fascinó. Y por eso hasta se hacen estatuas en honor a ese disparate. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario