Frente al Palacio de Invierno, en San Petersburgo

Pocas ciudades he visto con espacios tan amplios y abiertos como San Petersburgo. Es como si les sobrara el espacio. Luego me enteré que es una ciudad muy reciente, del s. XVIII, lo que explica que se diseñó con un plan en la cabeza. El antiguo palacio de invierno de los zares, que hoy es una parte del gran museo del Hermitage, es un edificio majestuoso y lleno de historia. Tiene un enorme espacio por el lado de la plaza y aún mayor al otro lado, donde esta el río Neva. Con su asalto la noche del 25 de octubre de 1917 por parte de los Bolcheviques (entonces la ciudad se llamaba Petrogrado, y poco después se llamaría Leningrado) se inicia la época soviética en Rusia. Allí nos enteramos de que sólo habían muerto cinco asaltantes, ningún defensor y que la toma del palacio fue casi coser y cantar. La realidad y la leyenda pocas veces se entienden bien. 

En la foto de abajo vemos la plaza del otro lado, a la luz del día. Aún se aprecia mejor el derroche de espacios. 

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