El Colacho, en Castrillo de Murcia


De las fiestas populares que conozco, esta es la más extraña y emocionante. Un señor vestido de manera muy extravagante (con una especie de mono amarillo y rojo) y con la cabeza cubierta por una máscara espantosa, corre detrás de la gente a la que golpea con una especie de rabo de toro. La gente, sobre todo los niños, lo pueden insultar si quieren, mientras corren delante de él. Pero lo más impactante es cuando, por la tarde, salta sobre los recién nacidos, a los que ponen sobre colchones, para librarlos de malos espíritus. La madres lo pasan fatal, pensando que el Colacho puede calcular mal el salto o tropezar y caer sobre sus bebés. 

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