Foto obligatoria en París

Estaba obsesionada con subir la torre Eiffel andando, las trescientas y no sé cuantas escaleras que creo que tiene. Menos mal que al final la mayor parte no se podía subir más que en ascensor, porque mi padre en esas cosas me sigue la corriente y había dicho que, si se podía, subiríamos todas las escaleras. El espectáculo desde arriba era increíble, porque París es una ciudad preciosa, con las calles perfectas y con muchos parques y grandes edificios. 

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